Tipos de copas de vinos

Históricamente, la copa de vino ha sido el recipiente por excelencia para esta bebida. Tanto se ha difundido ello que es muy difícil pensar en la posibilidad de beber vino por fuera de una copa. 

El vino se considera un arte, una de las bebidas más valoradas en el mundo, presente en ocasiones especiales, en eventos, protagonista de distintas circunstancias y momentos de la vida. Por eso, con los años se han ido desarrollando diferentes tipos de copas de vino orientados a satisfacer las necesidades y preferencias de cada tipo de vino en particular. A continuación, te vamos a contar todo lo que debes saber al respecto.

El origen de la copa de vino

Al igual que sucede con muchas historias, existe confusión respecto del origen de la copa de vino. Muchos autores que se han dedicado a la temática sostienen que los primeros ejemplares de esta podrían situarse en la época griega. No obstante, otros lo sitúan en la época cristiana y, otros, en el siglo XVI en lo que es actualmente el territorio de Francia, Italia y Grecia. 

Dentro de las diferentes versiones que se han ido difundiendo con el paso del tiempo, una de las más extendidas es la que sostiene que, durante la Edad Media, el Rey de Francia Enrique II estaba completamente enamorado de una mujer conocida como duquesa Diana de Poitiers. El relato sostiene que era tal la obsesión que él tenía por esa mujer y por la forma de su cuerpo, que ordenó a sus sirvientes encontrar una manera de poder sostener entre sus manos los pechos de su amante en todo momento del día, incluso cuando estuviese en la cena. Cuenta la historia que, entonces, hicieron recostar boca abajo a Diana sobre un material moldeable, sacando los moldes de sus pechos para crear recipientes con esa misma forma en los que Enrique II pudiera sostener entre sus manos su forma en los banquetes.

Si bien no podría confirmarse esta historia, la asociación entre la forma de la copa de vino y el pecho femenino es algo que se ha sostenido en distintas versiones durante mucho tiempo. 

¿Cómo debe ser una buena copa de vino?

Antes de pasar a los distintos tipos de copas de vino, es muy importante reconocer las características que estas deben presentar. Si bien existen distintas variantes, lo cierto es que estas particularidades suelen repetirse a lo largo de ellas a fin de garantizar una buena degustación de los vinos que responda a cómo estos se introducen en las personas mediante todos sus sentidos. 

Las principales características de una buena copa de vino son:

• El cristal debe ser fino, con un grosor no superior a un milímetro.
• Debe poseer un cristal liso, incoloro y transparente, para que se pueda observar el vino a través de este. 
• La copa debe tener un tallo y pie que permita sostenerla sin necesidad de tocar el cuerpo.

Los 10 tipos de copas de vino

Lo más común es que las personas cuenten con uno o dos tipos de copas de vino en sus hogares. No obstante, poder conocer las diferentes alternativas existentes no sólo amplía los conocimientos en el área sino que, además, permite identificar el por qué de determinadas elecciones de acuerdo al vino que se está seleccionando. Por eso, a continuación, vamos a contarte acerca de los 10 tipos de copas de vino que puedes encontrar en función de cada estilo de vino.

Copas para vino tinto

Las de vino tinto suelen ser copas de boca grande que permiten al usuario sumergir la nariz en el tazón. Pero, además, tienen una superficie grande debido a que el vino necesita entrar en contacto con el aire para poder complejizar los sabores y los aromas. Dentro de estas copas, podemos encontrar:

La copa borgoña

Es una copa con forma de balón que facilita el movimiento del vino dentro de ella, favoreciendo que este desprenda al máximo su aroma. Suele consistir en una única pieza de cristal de plomo con forma acampanada para que el vino pueda respirar y entrar en contacto con el aire.

La copa burdeos

En segundo lugar, es una de las opciones más comunes. Se trata de una copa alta con tazón no muy grande que se ha diseñado especialmente para vinos con más cuerpo, como pueden ser el merlot o el cabernet sauvignon. Por su forma, el vino se dirige directamente a la parte posterior de la boca, maximizando el sabor.

La copa cabernet sauvignon

Como su nombre lo indica, es la que se emplea generalmente para este tipo de vino. Es una copa fácil de manipular, permitiendo disfrutar del sabor y el aroma del vino suavizando los bordes ásperos de las copas. 

La copa pinot noir

En cuarto lugar, para el vino tinto, encontramos la copa pinot noir. Se trata de una copa de gran tamaño pensada para poder dirigir el vino directamente del recipiente hacia el paladar. Es una forma que busca potenciar tanto la acidez como el dulzor del vino.

Copas para vino blanco

El vino blanco tiene sus propias particularidades que hacen que necesite de una forma diferente de copa. La forma más clásica es la que presenta un tazón en forma de U alargada, siendo mucho más recta y más pequeña que la copa que se emplea para el vino tinto. Esto se debe a que es la mejor forma para mantener fresca la temperatura del vino, apreciando mejor sus cualidades. En este sentido, podemos encontrar dos tipos de copas de vino blanco:

La copa chardonnay

La copa chardonnay se caracteriza por una forma redondeada que busca facilitar la salida de las notas varietales del vino blanco. Se considera como una copa perfecta para este tipo de vino debido a que es lo que permite conocer de manera más detallada la cepa de la que este proviene.

La copa tulipán

En lo que respecta a la copa tulipán, esta es diseñada especialmente para resaltar el aroma de la fruta del vino blanco y su dulzor. Su tamaño pequeño y su pie más largo facilitan su sostén y manipulación.

Copas para vinos espumantes

En el caso del vino espumante, este se puede servir en tipos muy diferentes de copas, de acuerdo a las preferencias:

La copa de vino espumante

El tipo más convencional de copa de vino espumante cuenta con forma de flauta alargada, debido a que es la que mejor permite concentrar el aroma que los vinos espumosos de buena calidad pueden alcanzar. Al mismo tiempo, es una forma que permite acentuar la textura cremosa de estos vinos en el paladar, manteniendo las burbujas por más tiempo. 

La copa pompadour

En segundo lugar, encontramos un estilo muy diferente. La copa pompadour es más bien baja y posee una gran abertura en la boca, lo que suele hacer que las burbujas desaparezcan más rápido. Por eso, se recomienda para vinos espumosos que no sean el champagne o el cava.

La copa vintage

Por último, hablamos de copa vintage para hacer referencia a aquellas copas de forma diversa que se pueden utilizar en eventos para servir vinos espumosos, pero que no se recomiendan por lo general para las catas debido a que poseen bocas amplias que hacen que las peculiaridades del vino se borren fácilmente. 

Copas para vino dulce

Para terminar, los vinos dulces, que suelen servirse con el postre, tienden a utilizar copas más pequeñas, debido a que su propósito es el de dirigir el líquido a la parte posterior de la boca, para que el dulzor no sea excesivo en el paladar. Además, considerando que los vinos dulces suelen tener un mayor porcentaje de alcohol, la copa pequeña evita el exceso.